1. La teoría clásica y clasicista, que se
basa en las diferentes formas de mimesis o imitación, nace prácticamente con la
Poética aristotélica, en la que se diferencian tres géneros en función del tipo
de expresión:
v
Épico
(narrativa),
v
Trágico
(drama) y
v
Lírico
(poesía).
El crítico Gérard Genette (Introducción al
architexto, 1979) compara la visión clásica de los géneros con la romántica y
establece que la segunda se proyecta sobre la primera para llegar a la
delimitación de tres géneros: lírica, épica y dramática.
León Timoféiev (Fundamentos de teoría de la literatura, 1979), en el
contexto de la ortodoxia marxista, mantiene también la diferenciación
aristotélica entre épica y drama a partir de la relación de la literatura con
la realidad; el arte (y por tanto la literatura) es una imitación o mímesis de
la realidad:
v
si
el reflejo es básicamente fiel, se trata de ENSAYO;
v
si
el reflejo es ficticio puede ser, bien de una vivencia: LÍRICA, bien de un
carácter en acción, y en este caso distingue la ÉPICA (con narración) del DRAMA
(sin narración);
v
si
el reflejo es hiperbólico, el género es la SÁTIRA.
2. La teoría romántica o arquetípica está
fundamentada en categorizaciones abstractas. Emil Staiger (1946) habla de
conceptos como “lo épico”, “lo trágico”, “lo lírico”… y busca establecer una
conexión entre esta teoría y las categorías antropológicas, con la pretensión
de llegar al “problema acerca de la misma esencia del hombre” (1946)
3. La descriptiva o taxonómica busca la
descripción de manifestaciones históricas de los géneros y la delineación de
unas constantes en medio de esas manifestaciones. Son las teorías del
formalismo ruso, especialmente la definición de Boris Tomachevski.
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